El Dr. Javier Castillo Colomer es el creador de la Psicoterapia Dinámica orientada por Dimensiones (PDD):

Modelo integrador que trabaja con las siguientes dimensiones: Relacional, Cognitiva, Topográfica, Defensiva, Abreactiva y Existencial.

Especialmente adecuado para el desarrollo y entendimiento de la psicoterapia con pacientes psicóticos y limítrofes.

El físico cuántico americano David Bohm (1917-1992) argumentó que existe una diferencia fundamental entre un acto esporádico de revelación y lo que implicaría un verdadero acto creativo. Éste último comienza con la captación de un nuevo orden básico que a su vez define novedosas estructuras con una mayor tendencia a la totalidad y armonía.

La creatividad de este modelo se relaciona con la pretensión de “ordenar” de forma novedosa las diferentes formas de interpretar la realidad de la psique y para ello voy a presentar un modelo que nos dé cuenta de la complejidad de esta estructura.

Mi experiencia clínica partió del psicoanálisis, pasó por las terapias psicocorporales, volvió al psicoanálisis en su vertiente más relacional y ha evolucionado hacia la psicología analítica. Partiendo de un cierto caos se ha ido convirtiendo en una práctica profundamente integrativa. Mi visión de lo integrativo nada tiene que ver con las mezclas sin orden ni concierto que realizan pretendidos modelos integrales –muy común en ciertas orientaciones que se definen como humanistas– ni con formulaciones que se presentan como una síntesis pero que en el fondo lo que hacen es un puro cambio de forma –esto es muy habitual en cierta práctica analítica que interpreta con una terminología junguiana pero con una referencia profundamente kleiniana.

La perspectiva integrativa que planteo está muy influenciada por la noción de vértex que plantea W. Bion. Considero que la realidad psíquica tiene diferentes ángulos y éstos se corresponden con intervenciones clínicas que afectan a dimensiones heterogéneas. La integración que propongo no se refiere a la combinación o unión de teorías sino a la consideración de que cada una de ellas puede dar cuenta de ciertos aspectos de la realidad psíquica.

Distingo seis dimensiones:

2.- Dimensión cognitiva

Con esta dimensión trabajamos las vulnerabilidades de mentalización del paciente (capacidad de entender los procesos mentales de los demás y de uno mismo). El objetivo es reactivar la mentalización cuando se ha perdido o se ha visto dañada durante el desarrollo de un proceso psicopatológico. Son fundamentales las aportaciones de Bateman y Fonagy.

4.- Dimensión defensiva

Centrada en el análisis de las defensas y formaciones reactivas que aparecen en el yo, al mismo tiempo que se resalta la necesidad de establecer nuevos acuerdos entre las diferentes instancias psíquicas (ello, yo y superyó). Encontramos este planteamiento en los primeros trabajos psicoanalíticos que describen ciertas partes inconscientes del yo, como se da en la obra de A. Freud, W. Reich y H. Hartmann.

5.- Dimensión abreactiva

Relacionada con la descarga de afectos y emociones, como podemos encontrar en ciertos trabajos psicocorporales de inspiración reichiana o en la denominada psicología humanista.

1.- Dimensión relacional

Fundamentada en la importancia de una colaboración analítica que permite ayudar al paciente a construir una identidad personal más consistente y flexible a partir de brindarle la posibilidad de una experiencia emocional correctiva. Esta dimensión empieza a desarrollarse con la práctica analítica de S. Ferenczi, el psicoanálisis interaccional de H. S. Sullivan, el de las relaciones objetales de W. R. Fairbairn y D. W. Winnicott, la psicología psicoanalítica del self de H. Kohut y ha continuado con los trabajos psicoanalíticos relacionales de R. Stolorow, S. Mitchell y J. Coderch, entre otros.

3.- Dimensión topográfica

Consiste en hacer consciente lo inconsciente. En esta incluimos la teoría pulsional freudiana, las aportaciones kleinianas acerca de las relaciones parciales de objeto, el análisis de los procesos organizacionales inconscientes de la teoría del psicoanálisis relacional y la teoría de los complejos junguiana, integrando en esta última algunos de los aspectos de la psicología individual adleriana.

6.- Dimensión existencial

Esta última dimensión se relaciona con la capacidad de dotar de sentido a la experiencia vital a través del trabajo directo con lo inconsciente, ayudando a nuestros pacientes a que conecten con las fuentes de su creatividad. Ha sido desarrollada fundamentalmente por Jung y enriquecida por algunos de sus discípulos, como von Franz. También podemos señalar las aportaciones de la psicología existencial.